Prehistoria e historia de Benalup – Casas Viejas (Parte II): Civilizaciones Antiguas y Dominio Imperial (c. 1000 a.C. – 711 d.C.)

Vista de Benalup-Casas Viejas desde la calle La Torre
Tras el extenso periodo prehistórico, el territorio de Benalup-Casas Viejas y sus alrededores se vieron inmersos en las dinámicas culturales y políticas de las civilizaciones que florecieron en el Mediterráneo y la Península Ibérica.

A. Susurros de Tartessos y Encuentros Fenicios

Tartessos, la enigmática civilización considerada por los griegos como la primera de Occidente, tuvo su núcleo en el suroeste de la Península Ibérica, en un triángulo formado por las actuales provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz, entre los siglos IX y V a.C. aproximadamente. Algunas teorías incluso sitúan uno de los posibles ejes del país tartésico en torno al río Barbate , lo que colocaría a la comarca de La Janda en una posición relevante dentro de su esfera de influencia. Paralelamente, los fenicios, audaces navegantes y comerciantes del Mediterráneo oriental, establecieron colonias en la costa sur ibérica, siendo Gadir (la actual Cádiz), fundada según la tradición en 1104 a.C. (aunque las evidencias arqueológicas apuntan más bien al siglo IX-VIII a.C.), uno de sus enclaves más antiguos y significativos.

Aunque los hallazgos arqueológicos específicos de época tartésica o fenicia directamente en el núcleo urbano de Benalup-Casas Viejas son limitados en las fuentes consultadas, la mención de «restos fenicios» en el área de Wakana Lake, un paraje cercano que también alberga dólmenes neolíticos y cuevas con pinturas rupestres, sugiere una presencia o, al menos, una influencia de estas culturas en la zona. Esta posible superposición de ocupaciones en un mismo entorno, rico en recursos como la Laguna de La Janda, podría indicar una continuidad en la percepción de ciertos lugares como estratégicos o sagrados a lo largo de diferentes milenios y por distintas culturas.

La cultura material asociada a Tartessos y a la colonización fenicia en la provincia de Cádiz es rica y variada, incluyendo cerámicas bruñidas y de barniz rojo, objetos de metalurgia avanzada (bronces, orfebrería en oro y plata), marfiles trabajados y elementos de iconografía religiosa oriental, como representaciones de divinidades como Astarté, Baal o Melkart. Dada la proximidad de Benalup al río Barbate y a Gadir, es altamente probable que el área participara de alguna forma en las redes culturales y económicas de estos pueblos, aunque la naturaleza exacta de esta interacción local espera ser desvelada por futuras investigaciones arqueológicas.

B. Bajo Dominio Romano: Villas, Agricultura y la Huella Romana (incluyendo la fase romana de Los Charcones)

La conquista romana de la Península Ibérica transformó profundamente el paisaje y la economía del sur. La Bética, como se conoció a la actual Andalucía, se convirtió en una de las provincias más ricas y productivas del Imperio, destacando por su exportación de aceite de oliva, vino, trigo y garum (una apreciada salsa de pescado). En este contexto, el territorio de Benalup-Casas Viejas, con sus fértiles tierras y disponibilidad de agua, se integró en este sistema productivo.

El yacimiento de Los Charcones, que ya conocimos como un importante poblado calcolítico, presenta también una significativa fase de ocupación romana, datada entre los siglos II-I a.C. y la segunda mitad del siglo II d.C.. Los hallazgos sugieren que pudo haber sido una pequeña villa romana, una explotación agrícola que continuaba la tradición productiva del lugar, ahora orientada a las demandas del Imperio.

La presencia de cerámica romana cerca de los Dólmenes del Celemín, aunque no implique una reutilización ritual de los megalitos, sí evidencia que el área circundante siguió siendo parte del paisaje humanizado y explotado durante la época romana. Estos antiguos monumentos, visibles en el paisaje, pudieron haber sido objeto de curiosidad o simplemente formar parte del entorno de las explotaciones rurales romanas. La mención de «restos romanos» en Wakana Lake refuerza la idea de una ocupación romana dispersa en la comarca.

La influencia romana se extendió a través de una red de calzadas que conectaban ciudades importantes como Gades (Cádiz), Baelo Claudia (cerca de Tarifa) o Asido Caesarina (Medina Sidonia). Estas vías facilitaban el transporte de mercancías y la administración del territorio, integrando las áreas rurales como Benalup en un sistema económico y político más amplio. Así, el período romano en la zona de Benalup parece representar una continuidad e intensificación de la explotación agrícola ya presente en épocas anteriores, pero ahora inserta en la vasta maquinaria económica del Imperio Romano.

C. El Interludio Visigodo: Un Período de Transición

Con la paulatina decadencia del Imperio Romano de Occidente, la Península Ibérica experimentó la llegada y el establecimiento de los pueblos germánicos, entre ellos los visigodos, que acabarían formando un reino que perduraría hasta la conquista musulmana en el 711 d.C. Este período, que abarca aproximadamente desde el siglo V al VIII d.C., fue una época de transición, marcada por la ruralización, la cristianización progresiva de la sociedad y, en ocasiones, por la inestabilidad política.

En la comarca de La Janda y sus alrededores, la presencia visigoda es constatable, aunque los hallazgos arqueológicos específicos dentro del término municipal actual de Benalup-Casas Viejas son escasos en las fuentes consultadas. Sin embargo, centros cercanos como Asido (Medina Sidonia) fueron de gran importancia, llegando a ser sede episcopal visigoda. En Alcalá de los Gazules también se ha documentado la existencia de una basílica visigoda. La región del Estrecho, incluyendo La Janda y el Campo de Gibraltar, fue además una zona fronteriza durante los intentos del Imperio Bizantino por reconquistar partes de Hispania en el siglo VI.

La relativa escasez de hallazgos visigodos destacados directamente en Benalup, en contraste con la relevancia de Medina Sidonia o Alcalá de los Gazules, podría sugerir que durante este período Benalup era un asentamiento rural de menor entidad, quizás dependiente administrativamente y económicamente de estos centros mayores. Su historia estaría, por tanto, ligada a las transformaciones políticas, religiosas y sociales que se operaban en estos núcleos regionales. El período visigodo, no obstante, es crucial como puente entre el mundo romano y la posterior llegada del Islam, ya que las estructuras sociales y territoriales heredadas de esta época conformarían el paisaje que encontraron y transformaron los conquistadores musulmanes.


Bibliografía:

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