Una Jaula de Grillos: cuando el cine tenía sabor y no le temía a nada
Ayer necesitaba una apuesta segura. De esas noches en las que no quieres navegar media hora por el catálogo de Netflix para acabar viendo una película que olvidarás diez minutos después de los créditos. Así que fui directo a la app de JustWatch y busqué donde tenían una joya que nunca falla: Una Jaula de Grillos (The Birdcage).
Hacía años que no la veía completa. Y la sensación al terminar fue una mezcla de satisfacción absoluta y una punzada de tristeza. Satisfacción, porque es una obra maestra de la comedia. Tristeza, porque me confirmó algo que llevo tiempo pensando: el cine actual, en su gran mayoría, se ha vuelto dolorosamente plano.
Ver esta película hoy en día es como comer un guiso casero después de meses alimentándote a base de barritas energéticas insípidas.
Estamos en 1996. Mike Nichols dirige el remake de una obra francesa. La premisa es oro puro: una pareja gay dueña de un club de drag queens en Miami tiene que hacerse pasar por "heterosexuales respetables" para cenar con el futuro suegro de su hijo, un senador ultraconservador.
Hoy en día, una película así se sentiría forzada, probablemente convertida en un panfleto moralista por un lado o en una caricatura sin gracia por el otro. Pero en los 90, el cine tenía otra textura. Tenía artesanía. El guion no se siente escrito por un algoritmo diseñado para no ofender a nadie, sino por gente que entendía que la comedia nace del conflicto, de la incomodidad y, sobre todo, de la humanidad.
Y ahí es donde entran los gigantes. Lo de esta película es un máster de interpretación que ya no se ve.
Tenemos a Robin Williams en uno de sus papeles más difíciles: el de "hombre recto" (irónicamente). Su Armand es el ancla de cordura en un manicomio. Ver a este actor contener su energía explosiva para dar paso a una ternura y una vulnerabilidad palpables es una lección de humildad actoral.
Y luego está el huracán. Nathan Lane como Albert/Starina. Qué barbaridad. Lane no interpreta, es una fuerza de la naturaleza. Es exagerado, dramático, histriónico y, sin embargo, absolutamente creíble en cada segundo. Su crisis nerviosa antes de salir a escena o su intento de "caminar como John Wayne" son momentos cumbre de la historia de la comedia. La química entre Williams y Lane es tan real que duele; sientes décadas de convivencia, amor y hartazgo en cada mirada.
Pero es que el banquillo de suplentes es de lujo. Poner a Gene Hackman, el tipo duro por excelencia, a interpretar a un senador retrógrado y verlo desmoronarse (y acabar vestido de mujer escapando de la prensa) es una genialidad de casting que hoy ningún estudio se atrevería a hacer. Sin olvidar a Hank Azaria como Agador Spartacus, que roba cada escena en la que aparece aunque solo esté sirviendo sopa.
El cine actual parece obsesionado con los efectos visuales y las franquicias interminables. Son películas a menudo vacías, planas, salvo excepciones. Les falta el riesgo, la chispa, la imperfección humana que hacía que películas como Una Jaula de Grillos se te quedaran grabadas en el alma.
Revisitarla no es solo un ejercicio de nostalgia. Es un recordatorio de que el cine puede ser hilarante, inteligente y profundamente conmovedor al mismo tiempo, sin necesidad de pedir perdón por ser lo que es.
Hacedme caso: esta noche, pasad de las novedades. Poneos Una Jaula de Grillos y recordad cómo sabía el buen cine.

Siempre ha sido una de mis comedias preferidas y cada vez que la vuelvo a ver, la vuelvo a disfrutar igual. Estoy de acuerdo contigo, hoy en día cuando hay que tener tanto cuidado de que nadie pueda sentirse ofendido, una película así sería prácticamente imposible.
ResponderEliminarCon tu post, me acabas de dar una excelente idea sobre que ver esta tarde .
¡Me alegra mucho que hayas leído el post y que te haya dado ganas de volver a ver la película! Es genial que sigas disfrutándola tanto como yo. Y tienes razón, en estos tiempos en los que todo parece requerir un cuidado especial para no ofender a nadie, películas como esta son verdaderas joyas. ¡Disfruta de la tarde con este peliculón!
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